Ni bien el sol empieza a asomarse en el horizonte, una multitud se dirige a los ríos Maravillas, Unocolla y otros afluentes que rodean la ciudad de Juliaca, conocida como la "Ciudad Calcetera". Hombres, mujeres y familias enteras buscan con fervor piedrecillas planas que, según la tradición, simbolizan la abundancia, la prosperidad en los negocios, el éxito laboral y la expansión de proyectos personales.
Esta práctica ancestral se realiza cada 1 de agosto, en el marco de las celebraciones por el Día de la Pachamama, cuando la tierra es honrada y “alimentada” con ofrendas como hojas de coca, chicha, alimentos y, en este caso, piedras cargadas de energía ritual.
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