En 2024, la economía peruana ha sido impulsada por dos factores clave: la recuperación del gasto privado y la expansión del gasto público, respaldados por los buenos resultados de las exportaciones. Según el Instituto Peruano de Economía (IPE), el consumo privado ha mostrado un avance notable gracias a la recuperación gradual del mercado laboral en un contexto de inflación controlada. Este dinamismo se refleja en el crecimiento de los sectores comercio (3.2%) y servicios (4.1%), registrando sus mejores tasas en dos años.
Por su parte, la inversión privada se ha fortalecido gracias a las inversiones no mineras no residenciales, principalmente en sectores como electricidad, pesca e hidrocarburos.
De cara al 2025, el IPE proyecta que el gasto privado continuará siendo un motor económico clave, sustentado por una recuperación en la inversión privada impulsada por la mejora de la confianza empresarial, que lleva seis meses en terreno optimista a noviembre, y el inicio de importantes proyectos mineros. Sin embargo, se anticipa un ajuste en la inversión privada durante la segunda mitad del año debido a la incertidumbre electoral.
Para 2026, dicha incertidumbre podría limitar el dinamismo del gasto privado, llevando a una desaceleración del crecimiento del PBI, proyectado en solo 2.3%, según el IPE.
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