Ni la creciente del río ni las intensas lluvias que han afectado a varias provincias loretanas han detenido a un prestamista del temido sistema “Gota a Gota”, quien, decidido a cobrar su dinero, se las ingenió para llegar en bote hasta la vivienda de un deudor.
A pesar de que la casa estaba inundada por el desborde del río, el usurero no mostró contemplación y llegó hasta la puerta del afectado para recordarle su deuda y advertirle que los intereses siguen subiendo. Además, le dejó en claro que si no paga pronto, su integridad física podría estar en riesgo.
Este hecho refleja la dureza de estos préstamos informales que operan en la región, donde las amenazas y la extorsión son parte del método de cobro.
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