LO ULTIMARON DE UN DISPARO EN LA CIEN": MADRE ROTA CLAMA JUSTICIA POR SU HIJO JUNIOR ATACHAGUA

Con el alma hecha pedazos y la voz quebrada por el llanto, doña Flora Reyes Cajas salió de la morgue del hospital Daniel Alcides Carrión gritando al cielo por justicia. Su hijo, Junior Anthony Atachagua Reyes, de solo 28 años, fue hallado muerto con un disparo en la cabeza en el kilómetro 100 de la carretera Pasco–La Oroya, cerca del grifo Victoria, en Colquijirca. “Me mataron a mi wawita”, repetía entre sollozos, señalando con el dedo al suboficial de la Policía James Fernández Cubas como el presunto responsable del crimen.

Durante 23 días, doña Flora y su esposo caminaron sin descanso por cerros, quebradas y pueblos enteros buscando a su hijo. No hubo lluvia ni frío que los detuviera. “Nosotros dijimos que íbamos a buscar a nuestro hijo hasta el día que muriéramos… y lo encontramos así, tirado, asesinado de un disparo en la cien”, relató ahogada en lágrimas. Acusó que la Fiscalía y la Depincri no la escucharon cuando pidió ayuda, cuando suplicaba que investigaran. “Ahora que está muerto, ¿esas eran las pruebas que querían?”, gritó, con el corazón desgarrado.

En medio de su dolor, la madre pidió fuerzas a su hijo para seguir de pie y luchar. Recordó a su nieta, hija de Junior, quien no podía dormir sin su papá. “Hijito, haz justicia desde el cielo, ve por tu hija… ve por ella”, clamó con la voz rota. Con rabia y tristeza, exigió que el culpable —sea quien sea— pague con todo el peso de la ley. “No me voy a rendir, me han quitado lo mejor de mi vida, pero no me van a callar”, dijo entre llanto y dignidad.