En el marco del primer Campeonato Mundial de Fútbol organizado por la FIFA en 1930, la selección peruana marcó un hito en la historia del deporte al participar en esta histórica competición, que tuvo lugar en Uruguay. Entre los símbolos más icónicos de aquella gesta está la camiseta que lució Antonio Maquilón, zaguero izquierdo y capitán del equipo, una pieza que encarna el espíritu de lucha y perseverancia de la "Blanquirroja".
La camiseta, sencilla pero llena de significado, llevaba los colores representativos del país. Era de un tono blanco con una banda diagonal roja, símbolo de identidad nacional que luego se convertiría en un emblema permanente del equipo. Esta versión temprana del uniforme reflejaba el carácter humilde, pero aguerrido, de un equipo que, pese a las dificultades, se enfrentó con coraje a los gigantes del fútbol de la época.
Antonio Maquilón, nacido en 1902, fue uno de los pilares del equipo. Su liderazgo en el campo lo convirtió en un referente no solo para sus compañeros, sino también para las futuras generaciones de futbolistas peruanos. Como capitán, Maquilón representaba la fortaleza y el espíritu competitivo que Perú llevó a Montevideo.
El equipo peruano debutó en el Grupo 3 del torneo, enfrentándose a selecciones como Rumania y Uruguay, el anfitrión y eventual campeón del certamen. Aunque los resultados no favorecieron a Perú en esta primera experiencia mundialista, la participación dejó un legado invaluable para el fútbol nacional.
Hoy en día, la camiseta de Antonio Maquilón es un tesoro histórico que simboliza los inicios de Perú en la escena internacional del fútbol. Este icónico uniforme es recordado no solo por su diseño sencillo, sino también por el esfuerzo y la pasión de quienes lo portaron en aquel histórico torneo.
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