La emblemática Playa Tingo, que por décadas fue el epicentro de la Fiesta de San Juan en Tingo María, este año lució casi desierta. Lo que solía ser una celebración masiva con artistas, danzas y alegría popular, se apagó notoriamente. ¿La razón? El cobro de entradas de 30 y hasta 50 soles impuesto por promotores, lo que alejó a cientos de familias que antes disfrutaban gratuitamente de la fiesta.
Vecinos y asistentes criticaron duramente que se haya mercantilizado una tradición cultural que por años unía a la población. En redes, muchos recordaron con nostalgia los tiempos en que Playa Tingo vibraba con la música y el baile, sin barreras económicas. Hoy, la fiesta que debía ser del pueblo, se convierte en un evento excluyente.
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