Petroperú continúa sumida en una profunda crisis financiera, con pérdidas que no se detienen y nuevas ayudas estatales que ponen en riesgo el dinero público. En 2024 cerró con un déficit de US$ 774 millones y para este 2025 se estima un saldo rojo adicional de US$ 223 millones. A pesar de ello, el gobierno ha decidido respaldarla nuevamente con un préstamo garantizado por el Tesoro Público. Con esta operación, el apoyo estatal acumulado a la petrolera desde 2017 ya supera los US$ 5,000 millones, sumando aportes realizados por los gobiernos de Pedro Pablo Kuczynski, Pedro Castillo y Dina Boluarte.
Según reveló un reportaje de Cuarto Poder, la situación de Petroperú es crítica. Su planilla asciende a S/ 495 millones anuales y paga sueldos de hasta S/ 25,000 a sus altos funcionarios, mientras que su valor accionario actual es negativo: -US$ 2,122 millones. Uno de los mayores pasivos ha sido la nueva Refinería de Talara, cuyo presupuesto inicial fue de US$ 1,334 millones, pero terminó costando más de US$ 6,000 millones. La planta Flexicoking, clave para la eficiencia operativa, presenta fallas técnicas y opera por debajo de su capacidad, generando más costos que ingresos. Esta situación ha impedido que la modernización de la refinería se traduzca en una mejora real para las finanzas de la empresa.
A nivel interno, la situación es preocupante: la atención médica a los trabajadores ha sido suspendida por falta de presupuesto y la sede central en San Isidro ha sufrido incluso cortes de agua potable. Mientras tanto, el presidente del directorio, Alejandro Narváez, ha anunciado un nuevo plan de expansión hacia el 2030, sin precisar cómo se financiará. Para los expertos Carlos Paredes y César Gutiérrez, ambos expresidentes de la empresa, esta nueva inyección estatal no resuelve el problema de fondo, y solo traslada el riesgo financiero al Estado. Advierten que sin una reestructuración profunda y un enfoque de sostenibilidad, Petroperú seguirá siendo un gran agujero fiscal.
0 Comentarios